Decreto de sanación de nuestro niño interior

Hola para los que lo han pedido aquí está el texto de la meditación:

Es tiempo de relajarse, recostarse y empezar a decir mentalmente a nuestro cuerpo, cuerpo ¡es tiempo de relajarse!  Relajo mi cuero cabelludo, mi cara, mi cuello,  mi nuca, mis hombros,  mis brazos,  antebrazos, muñecas, manitas y dedos.
relajo mi pecho, abdomen, mi espalda superior,  media y baja, mis nalguitas,  mi pubis,  mis muslos, rodillas, pantorrillas,  talones, pies y dedos.

¡Mente es tiempo de relajarnos!

Me visualizo en una playa, el ambiente es tibio, la arena blanda y la brisa roza mi cara.

Empiezo a orar con estas palabras:

En el nombre del Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy
De mi Yo Superior y en comunión con Él
libero,  perdono, bendigo, suelto y dejo ir todas
Las heridas de abandono, traición,  humillación,  rechazo e injusticia que viví en mi niñez y aún antes de nacer.

¡Las coloco en pequeñas cajitas, rotuladas respectivamente

Dulcemente libero las heridas de abandono,  las suelto las dejo ir.

Libero las heridas de traición,  las suelto y las dejo ir.
Libero las heridas de humillación,  las suelto, las dejo ir.
Libero las heridas de rechazo,  las suelto las dejo ir.
Libero las heridas de injusticia, las suelto las dejo ir.

Doy gracias x el aprendizaje recibido, ya no las necesito.

Me libero del dolor, queda en el pasado, ya no las necesito.

A lo lejos miro una niña que corre y juega alegremente, me acerco y descubro que soy yo, nos abrazamos, el dolor ha pasado,  ahora soy adulta, puedo elegir las respuestas más asertivas a los eventos que ocurran y puedo proteger a mi niña interior.

Nos tomamos de la mano y caminamos, el sol cae en la playa y todo en mi Ser está en paz.

Soy consciente que nací para ser feliz,  que Soy Amada y que merezco todas las bendiciones que llegan a mi.

Lentamente, empiezo a tomar consciencia de mis dedos de los pies, subo por cada músculo de mi ser y retomo suavemente mi presente, hasta abrir lentamente los ojos.

¡Gracias. Gracias. Gracias!

Derechos De autor Zadquiel y Marta Rodríguez

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